martes, 5 de marzo de 2013

Vacaciones. ¿Un merecido descanso? Por EL.



Para mi, estas vacaciones fueron especiales, tristemente especiales, por lo inentendible de ciertas cosas de la vida.
Inexplicablemente la playa estaba llena de mariposas, como nunca antes; nos seguían a donde fuéramos o creíamos que así era. Sumando color y movimiento a una de las puestas de sol más increíbles que ví en mi vida. Siempre buscando el destello de luz verde, cuando se esconde febo; en busca de la garantía de la felicidad eterna. Sólo por imaginártelo o por un efecto óptico, qué fácil, qué bueno!
Disfrutar de los atardeceres, de los colores del cielo, de la charla (mate por medio), de la felicidad (sin rosca) de los chicos. Es increíble, con que poco sos tan feliz. ¿Poco? Es el placer de las pequeñas cosas. En vacaciones, podés sacarte de encima, todos los temas que te atosigan durante el año (o te olvidás de a ratos), te permitís levantar la mirada, y disfrutar del efecto del viento en un árbol. O mirar el horizonte. Obvio el enviroment colabora. ¡La naturaleza!
Ver a mi hijo mayor, pelear con las olas o bajar un médano con su tabla. La chiquita jugar con la arena o correr locamente a la orilla, 200 veces por día (lo que implica que yo también lo hice, como su guardaespalda); o comer galletitas llenas de arena (¿cómo hacen, no les molesta?).
Las consultas playeras, esta vez, se limitaron a:
-¿Qué le pongo para esta picadura?
-Se le hinchó un ojo, ¿es grave?
-¿Por qué no pueden comer carne picada los bebés, y el asado no hace falta que esté duro como una zapatilla?
-¿Qué pensás del protector solar en aerosol?
-¿Cuál es tu opinión del protector contra aguavivas?
-Una amiga de mi mujer, la llamó porque la beba tenía mucha fiebre, para ver qué pensaba yo o sea EL. ¿Y yo qué podía decir? ¿Seré la reencarnación de Sai Baba y todavía no me enteré?
Y ya que estamos todos, poné los ñoquis. Mi chiquita clavó 39 sostenido durante varias horas, sin respuesta a los antitérmicos, con lo cual yo ya me veía el peor panorama, sepsis, meningitis, etc, etc. Tres días seguidos de fiebre, sin un mísero moco. Ay, mi deus! Lejos de casa y de la medicina a la cual estoy acostumbrado. ¿Qué hago? ¿Me tomo un avión y me vuelvo a Buenos Aires? Por suerte para contrarrestar mi locura, está mi mujer, también médica (¡otra especialidad, por suerte para la economía del hogar, Je!), pero mucho más tranquila (el yin y el yan). Empecé por lo más básico, ir a la guardia con un frasquito de orina, ya recolectado. Al vernos entrar al consultorio la Pediatra, sonrió y nos dijo ¿ya juntaron el pis? Tras la explicación necesaria (padre Pediatra), se dio cuenta que no estábamos tan chiflados, y coincidió con mi decisión. ¡Menos mal!
Y finalmente era, como no podía ser de otro modo, la Sexta. Ufffffffff! Volver al disfrute de las vacaciones.
Mirando el horizonte, en un momento que el resto de la flía estaba en algún otro menester, viviendo una tranquilidad que me transportó a un estado zen, empecé a sentir como un alivio, mis pies se levantaron del suelo (arena), y empecé a comprender algo de las vacaciones. Siendo sintético, sin delirar demasiado, y ahorrándonos que mis hijos son lo que más quiero y me importa en la vida, no podemos disimular que estar a cargo de ellos 24hs, por lo que duran las vacaciones, es por lo menos una tarea titánica. Al punto que uno se plantea si es un verdadero descanso. En el momento de la vuelta al laburo, no sabés si estás triste o contento; y fácilmente podemos enunciar los “por qué”, de cada sensación. Pero en mi estado de elevación, me pareció escuchar lo que pensaban mis pequeños: “no los aguanto más”, “¿cuándo me los saco de encima?”, “¡que hincha pelotas que son!”, “prefiero estar en las escuela, antes que bancarme a estos densos”. Y con este estado de iluminación, logré darme cuanta que es difícil para todos. No sólo para nosotros. Con lo cual subí un escalón en la comprensión de mis chiquitos. Por un momento, creo haber logrado un estado de espiritualidad; que no es poca cosa.


Para Pao, te vamos a extrañar mucho.

5 comentarios:

  1. yo fui testigo ocular y sensorial de las vacaciones de EL. las mariposas estaban, el rayo verde parecia q siempre iba a destellar, pero como yo tambien soy padre de 2, seguro q en el momento exacto mi mirada era distraida x ellos.
    pero por sobre todo, la playa estuvo mas brasilera q nunca, lo digo x eso de q "tristeza nao tem fin, felicidade sim" y taaanta saudade...
    agradezco a EL y su mujer por haberme acompañado tan cerca en lo hondo de mi padecer,
    ah! y siempre seguire buscando el rayo de paola verde

    ResponderEliminar
  2. “Hijo es un ser que Dios nos presto para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos.
    De cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje.

    Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.

    ¿Perder? ¿Como? ¿No es nuestro?

    Fue apenas un préstamo… EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRESTAMO ya que son nuestros solo mientras no pueden valerse por si mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.

    Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.”

    José Saramago

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una maravilla! Lo leí hace muy poquito y me encantó.
      EL.

      Eliminar
  3. Mi momento zen de las vacaciones fue muy parecido al tuyo, EL. Ver a mis hijas jugar con una pelota nro 5 o dibujar tardes enteras, entretenidas con un bloc de hojas y una caja de lápices, me hizo comprender - como a vos - qué pocas cosas necesitamos.
    Lo mismo cuando a mi me alcanzaba con las caminatas en familia, las excursiones al arroyo, los ratos de guitarra.
    Y sí, también uno es padre las 24 horas...

    Y el reloj de arena vuelta a empezar y a esperar las próximas pocas semanas el año que viene. Hay algo mal en el sistema, ¿no?

    Un abrazo,
    El MM

    ResponderEliminar
  4. MM a mi el tema "del sistema", me llevó mucho esfuerzo mental tratar de entenderlo, y desgaste. Eso de vivir para acumular electrodomésticos y pagar las cuentas, eran mis molinos de viento de la post adolescencia. Y después de tanta batalla, me di cuenta que eran invencibles, bajé la cabeza y trato todos los días de convivir con él (aunque podríamos ponerle EL, en este caso). Pero estoy convencido de que hay que tomarse todas las vacaciones de la vida, posibles. Literalmente y metaforicamente. Porque una buena peli, un buen libro, un rico vino, una charla con amigos, también lo son. Chan chan!
    Un abrazo, EL.

    ResponderEliminar