La consulta prenatal de por sí es
extraña, ya que ir a ver a un Pediatra sin un bebé, es por lo menos raro. Pero
realmente es útil, porque llevar al nuevo integrante de la familia a un médico
sólo por referencias del Obstetra, Partera, amiga, o la vecina del 5to B, no es
lo más recomendable; porque podés estar frente al Presidente de la Asociación Mundial
de Pediatría, y que sea un groso por todo lo que sabe, pero tal vez te parezca
un freezer. O todo lo contrario, te puede tocar Patch Adams. Y en esto de la
relación médico-paciente, más allá de pergaminos profesionales, es
importantísimo la química, vibra, onda, etc., que se genere; y con el correr de
las consultas, la confianza.
Pero en Crianza - y todo el marketing
que se ha creado a su alrededor, desde el chupete anatómico para que no se
tuerzan los dientes, pasando por los maléficos manuales de crianza (¿los pibes
son electrodomésticos?), hasta los colchones para apneas (freak total)- ha cobrado una envergadura inusitada, la
consulta prenatal. Entonces lo importante es: el nivel profesional, la onda, la
pilcha, el consultorio, la secretaria, el celular, el mail, las visitas a
domicilio, etc., etc. Al punto que creo que más de uno lleva un cuestionario a
llenar, para después cargarlo en una planilla de excell, que sacará, mediante
una fórmula matemática de varios términos y contemplando todas las variables,
quién será finalmente el ELEGIDO.
Existen tantas personalidades como
credos, religiones, razas, etnias, etc.; tanto del lado de los pacientes, como
de los galenos. Con lo cual el encaje a veces va impecable y en otras hay que
usar mas fuerza que maña; es decir, hay que empujar un poquito para que calce.
Años atrás, a mi realmente me
incomodaba el casting. Hoy me divierte, ya que la variedad de posibilidades y
los roll playings lo vuelven entretenido.
Esta diversidad, me lleva casi sin
quererlo, a hacer una enumeración descriptiva:
1. Los
paracaidistas: son los que van a la consulta porque les dijeron que tenían que
hacerla, y no tienen ni puta idea, del porque de estar frente al médico. Los
recomendó el obstetra, la mamá de la compañerita del sobrino, o te
buscaron en la cartilla y te eligieron porque les quedabas cerca,
porque te confundieron con otro, o porque pueden pronunciar tu apellido.
2. Los obsesivos:
siguiendo su cuestionario (que puede salir de una encuesta de Harvard o de la
Para Ti, ya que la obsesividad no está ligada al CONICET únicamente), te
bombardean, y van anotando. Creo que después vuelcan el resultado en planillas con
puntos y/o colores.
3. Los
cancheros/superados: “nosotros creemos que todo debe ser natural”, “los pibes
crecen solos”. Te hacen consultas de igual a igual, casi que esto de la
pediatría es una boludez (hasta que en la primera fiebre de la criatura te
internan a llamados, mails, whatsapp y te esperan en la puerta de tu casa con
el pibe y un termómetro)
4. Los relajados:
“estamos bárbaros”, “ella es una divina, no se queja de nada”, “¿qué te parece
el parto sin peridural, acuático, haciendo la vertical”? (a los 4 cms de
dilatación lo más probable es que esté tratando de vender a la madre a cambio
de una buena dosis de anestesia, y mande al parto acuático a la mierda).
5. Los incisivos: “¿vos atendés llamados a las 3
AM?”, ¿si necesito que vengas a mi casa, vas a poder en cualquier momento,
siempre, aunque sea Nochebuena, Yom Kippur y el cumpleaños de tu hija todo
junto?”, “¿sos K o antiK?”. Todo con tono imperativo, obvio.
6. Padres
médicos: lo primero que dicen es “de Pediatría no sabemos nada” (pero igual van
a cuestionar cada una de tus recomendaciones, decisiones, apreciaciones y
opiniones)
7. Los pseudo
médicos, título otorgado por la experiencia previa. Según ellos la clínica
pediátrica se circunscribe al ibuprofeno, salbutamol, betametasona y la
amoxicilina. En cuanto a la medicación es posible, pero hay que estudiar un
toque (7 años de universidad + 4 de residencia) para saber cómo utilizarlos.
Y así podría esta horas, pero lo más
jugoso son las combinaciones. Y pobre el padre, que quiere participar y está medio
en bolas en esto de la maternidad/paternidad. Porque obviamente el progenitor no
recibe semanalmente los mails de Materna diciendo cuánto mide el bebé y cuántas
neuronas tiene y de paso qué cochecito hay que comprarle, con lo cual no tiene
demasiada idea de lo que está pasando, salvo que le preste un toque de atención
a la mujer cuando lee a viva voz, el newsletter que le llegó (igua no retiene
mucho).
1. Madre en tema
– Padre gracioso: la cantidad de caras de culo que le propina ella a él, van
increscendo hasta que en algún momento le pone los puntos: “¡Fabián basta!”.
2. Madre obsesiva
dominante – Padre silencioso: ¿sumiso o en un estado de conocimiento del mundo
superior? ¿Salame o un genio?, solo el tiempo determinará ante quien estoy. “Pasame
el bolso, así el doctor ve los estudios que me hice desde que tengo 6 años y la
foto de mi hermano a ver si el nene nos sale igual de chueco”, “Fabián, te dije
que el huevito va en el medio ¿ves? ¿ves que yo sabía? No sé ni para qué opinás”,
“contale al doctor que tenés el colesterol en 203, y qué no hacés dieta, ni los
150 minutos semanales de actividad física recomendado por el American College
of Sport Medicine, eh, dale, contale….contale a ver qué le parece, qué tan buen
padre podés ser, contale, contale”, “mi suegra tiene artritis reumatoidea, ¿Qué
probabilidad va a tener Juanita de sufrir esta enfermedad HE-RE-DI-TA-RIA?. En
mi familia nadie tiene ninguna enfermedad, pero en la de Fabián son todos un
desastre”.
3. Madre divina –
Padre salame / mala onda: ella un amor, preguntando todo lo que quiere saber
del bebé para llegar lo más tranquila al momento del nacimiento, con un tono y
lenguaje super dulce; y el pseudo genio mirando con cara de análisis exhaustivo
/desconfianza y sin hablar. Hasta que habla y hace una pregunta mala onda,
buscando el pelo en el huevo. “¿Si decís que el huevito va en el medio, qué
pasa si te cae un OVNI desde el cielo?”.
4. Madre
experimentada – Padre primerizo: “vinimos a verte porque, Fabián, leyó en Ser
Padres Hoy, que el pediatra debe conocer como es la dinámica familiar, y el
piensa que venimos a hacer terapia de pareja acá.¿Lo podés creer? Es primerizo,
se nota, no? Vos mirá un rato la dinámica familiar así Fabián se queda contento
y podemos seguir con la vida” (si Fabián vuelve a la consulta es solamente
porque su esposa tenía que ir a una reunión de padres, de los pibes, que no son
de él, obvio).
Pobre Fabián, no? Además de ser un
salame, lo tienen para el cachetazo.
Bye!