jueves, 13 de junio de 2013

Casting Prenatal. Por EL.



La consulta prenatal de por sí es extraña, ya que ir a ver a un Pediatra sin un bebé, es por lo menos raro. Pero realmente es útil, porque llevar al nuevo integrante de la familia a un médico sólo por referencias del Obstetra, Partera, amiga, o la vecina del 5to B, no es lo más recomendable; porque podés estar  frente al Presidente de la Asociación Mundial de Pediatría, y que sea un groso por todo lo que sabe, pero tal vez te parezca un freezer. O todo lo contrario, te puede tocar Patch Adams. Y en esto de la relación médico-paciente, más allá de pergaminos profesionales, es importantísimo la química, vibra, onda, etc., que se genere; y con el correr de las consultas, la confianza.

Pero en Crianza - y todo el marketing que se ha creado a su alrededor, desde el chupete anatómico para que no se tuerzan los dientes, pasando por los maléficos manuales de crianza (¿los pibes son electrodomésticos?), hasta los colchones para apneas (freak total)-  ha cobrado una envergadura inusitada, la consulta prenatal. Entonces lo importante es: el nivel profesional, la onda, la pilcha, el consultorio, la secretaria, el celular, el mail, las visitas a domicilio, etc., etc. Al punto que creo que más de uno lleva un cuestionario a llenar, para después cargarlo en una planilla de excell, que sacará, mediante una fórmula matemática de varios términos y contemplando todas las variables, quién será finalmente el ELEGIDO.

Existen tantas personalidades como credos, religiones, razas, etnias, etc.; tanto del lado de los pacientes, como de los galenos. Con lo cual el encaje a veces va impecable y en otras hay que usar mas fuerza que maña; es decir, hay que empujar un poquito para que calce.

Años atrás, a mi realmente me incomodaba el casting. Hoy me divierte, ya que la variedad de posibilidades y los roll playings lo vuelven entretenido.

Esta diversidad, me lleva casi sin quererlo, a hacer una enumeración descriptiva:

1.    Los paracaidistas: son los que van a la consulta porque les dijeron que tenían que hacerla, y no tienen ni puta idea, del porque de estar frente al médico. Los recomendó el obstetra, la mamá de la compañerita del sobrino, o te buscaron  en la cartilla  y te eligieron porque les quedabas cerca, porque te confundieron con otro, o porque pueden pronunciar tu apellido.
2.    Los obsesivos: siguiendo su cuestionario (que puede salir de una encuesta de Harvard o de la Para Ti, ya que la obsesividad no está ligada al CONICET únicamente), te bombardean, y van anotando. Creo que después vuelcan el resultado en planillas con puntos y/o colores.
3.    Los cancheros/superados: “nosotros creemos que todo debe ser natural”, “los pibes crecen solos”. Te hacen consultas de igual a igual, casi que esto de la pediatría es una boludez (hasta que en la primera fiebre de la criatura te internan a llamados, mails, whatsapp y te esperan en la puerta de tu casa con el pibe y un termómetro)
4.    Los relajados: “estamos bárbaros”, “ella es una divina, no se queja de nada”, “¿qué te parece el parto sin peridural, acuático, haciendo la vertical”? (a los 4 cms de dilatación lo más probable es que esté tratando de vender a la madre a cambio de una buena dosis de anestesia, y mande al parto acuático a la mierda).
5.     Los incisivos: “¿vos atendés llamados a las 3 AM?”, ¿si necesito que vengas a mi casa, vas a poder en cualquier momento, siempre, aunque sea Nochebuena, Yom Kippur y el cumpleaños de tu hija todo junto?”, “¿sos K o antiK?”. Todo con tono imperativo, obvio.
6.    Padres médicos: lo primero que dicen es “de Pediatría no sabemos nada” (pero igual van a cuestionar cada una de tus recomendaciones, decisiones, apreciaciones y opiniones)
7.    Los pseudo médicos, título otorgado por la experiencia previa. Según ellos la clínica pediátrica se circunscribe al ibuprofeno, salbutamol, betametasona y la amoxicilina. En cuanto a la medicación es posible, pero hay que estudiar un toque (7 años de universidad + 4 de residencia) para saber cómo utilizarlos.

Y así podría esta horas, pero lo más jugoso son las combinaciones. Y pobre el padre, que quiere participar y está medio en bolas en esto de la maternidad/paternidad. Porque obviamente el progenitor no recibe semanalmente los mails de Materna diciendo cuánto mide el bebé y cuántas neuronas tiene y de paso qué cochecito hay que comprarle, con lo cual no tiene demasiada idea de lo que está pasando, salvo que le preste un toque de atención a la mujer cuando lee a viva voz, el newsletter que le llegó (igua no retiene mucho).

1.    Madre en tema – Padre gracioso: la cantidad de caras de culo que le propina ella a él, van increscendo hasta que en algún momento le pone los puntos: “¡Fabián basta!”.
2.    Madre obsesiva dominante – Padre silencioso: ¿sumiso o en un estado de conocimiento del mundo superior? ¿Salame o un genio?, solo el tiempo determinará ante quien estoy. “Pasame el bolso, así el doctor ve los estudios que me hice desde que tengo 6 años y la foto de mi hermano a ver si el nene nos sale igual de chueco”, “Fabián, te dije que el huevito va en el medio ¿ves? ¿ves que yo sabía? No sé ni para qué opinás”, “contale al doctor que tenés el colesterol en 203, y qué no hacés dieta, ni los 150 minutos semanales de actividad física recomendado por el American College of Sport Medicine, eh, dale, contale….contale a ver qué le parece, qué tan buen padre podés ser, contale, contale”, “mi suegra tiene artritis reumatoidea, ¿Qué probabilidad va a tener Juanita de sufrir esta enfermedad HE-RE-DI-TA-RIA?. En mi familia nadie tiene ninguna enfermedad, pero en la de Fabián son todos un desastre”.
3.    Madre divina – Padre salame / mala onda: ella un amor, preguntando todo lo que quiere saber del bebé para llegar lo más tranquila al momento del nacimiento, con un tono y lenguaje super dulce; y el pseudo genio mirando con cara de análisis exhaustivo /desconfianza y sin hablar. Hasta que habla y hace una pregunta mala onda, buscando el pelo en el huevo. “¿Si decís que el huevito va en el medio, qué pasa si te cae un OVNI desde el cielo?”.
4.    Madre experimentada – Padre primerizo: “vinimos a verte porque, Fabián, leyó en Ser Padres Hoy, que el pediatra debe conocer como es la dinámica familiar, y el piensa que venimos a hacer terapia de pareja acá.¿Lo podés creer? Es primerizo, se nota, no? Vos mirá un rato la dinámica familiar así Fabián se queda contento y podemos seguir con la vida” (si Fabián vuelve a la consulta es solamente porque su esposa tenía que ir a una reunión de padres, de los pibes, que no son de él, obvio).

Pobre Fabián, no? Además de ser un salame, lo tienen para el cachetazo.

Bye!




3 comentarios:

  1. Yo fui a lo de un Pediatra, me reservo el nombre, que parecía un empleado de Mc Donald´s, sonriendo casi patológicamente. Medio freaky. Me dio un poco de miedito y seguí el casting, hasta que encontré uno que parecía un médico, y hasta actuaba como galeno. No fue tan sencillo encontrar un Pediatra que cierre. Toda una experiencia.
    Los felicito por el blog.
    Un beso, Sole.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sole: los Pediatras, por ser Pediatras, no zafamos de las psicopatías de la población general. Es más, creo que tenemos más chances, que el común de la gente. Imaginate lo que puede disparar, estar permanentemente tratando con madres primerizas desquiciadas. No hay psiquis que aguante.
      Gran decisión, continuar con el casting y no quedarse con el primer psycho que te cruzaste.
      Un beso, EL.

      Eliminar
  2. Muy divertido y real!

    unamujersimple

    ResponderEliminar