El Mami-centrismo. Por EL.
Ser Madre o Padre es lo más increíble que le puede pasar a uno en la
vida. Antes de que nazca el bebé a uno le pueden decir: “es lo más lindo que me
pasó en la vida”,” nunca me imaginé que iba a querer tanto a alguien”, “te
cambia la vida”, “es vivir para otra persona”, etc., etc. Y todas estas frases
son realmente ciertas, pero ninguna consigue transmitir lo que verdaderamente
sentimos cuando nace nuestro hijo. Es increíble, súper intenso. Uno cree que
está enamorado de su pareja y cuando llega el bebé, realmente te das cuenta de
lo que es el amor incondicional.
Y la madre que era el centro del universo, todo el mundo la atendía,
mimaba y cuidaba: “Qué linda que estás!”, “¿querés algo?”, “¿en qué te puedo
ayudar’”, etc, etc., pasa de repente a octavo plano. Nace el bebé y la
progenitora se va al descenso (como River), NO EXISTE MÁS. Y encima tiene que
lidiar con la depresión post-parto, la lactancia y sus pegajosas
complicaciones, los puntos… un espectáculo divino!
Este sacudón no es fácil de aguantar, es por eso que algunas tuercas de
la maquinaria se aflojan, y comienzan las conductas bizarras.
Más de una reciente madre llega al supermercado y al momento de pagar
atropella a toda la gente de la cola de la caja para embarazadas al grito de
“Permiso, Permiso”, y al escuchar “esta caja es prioridad para embarazada” y
darse cuenta que ya no cuenta con dicho beneficio, rompe en llanto y no puede
entender cómo no le permiten pasar si ella ahora ES MADRE. ¿La gente no
entiende?
Y en casos mucho más patológicos, sienten que el cochecito con el bebé
es una prolongación de su cuerpo, y al llegar a la bocacalle sin detenerse a
comprobar el color de la luz del
semáforo, baja del cordón al Scania con su hijito, mientras ella está parada a
salvo en la vereda con cara de “Que barbaridad, cómo no me dejan cruzar, no ven
que estoy embarazada”. Pero siempre hay algún conductor amante de la docencia
vial que le grita en capicúa: “Loca, no ves la luz verde, es para que pasen los
autos. Cuidá a tu hijo, looooooca!”
Y en ese momento (generalmente varios meses después del parto), nota que
ya no es más el centro del universo, que no está más embarazada. Esta
revelación la preocupa por unos instantes, hasta que se da cuenta que el mundo,
que dejó de girar a su alrededor, ahora gira alrededor de su hijo. Y entonces, si
el devenir de la humanidad va a depender de lo que ocurra con su pequeña
criatura… ¿cómo no va llamar al Pediatra a la hora que se le ocurra, el día que
se le presente la más mínima duda???? ¿no? Y si de casualidad a ella no se le
ocurrió preguntar si la acelga había que cocinarla al vapor o hervirla, siempre
aparece un marido o abuela voluntariosos que dicen: “Llamalo al Pediatra, que
para eso pagás la Obra Social”.
por favor sigan el blog!
ResponderEliminarsaludos
Todas las semanas iran apareciendo posts. Gracias! Saludos, Mami y EL.
Eliminardesde la intro ya se huele una cierta atraccion (sexual?) de mami por el pediatra. lo digo con conocimiento de causa
ResponderEliminarNo os apresuréis. Mami ya ha escrito un post al respecto ( por cierto, muy divertido ). EL.
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